Cuéntame qué te duele y te sugeriré un deporte adecuado
- Rosa María RV
- 9 abr
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 24 abr

A pesar de los claros beneficios que el deporte tiene sobre nuestra salud, muchos de nosotros aún no incorporamos la actividad física en nuestras vidas. Sin embargo, ¿qué tal si te dijéramos que practicar un deporte específico podría ayudarte a mejorar alguna de tus dolencias? Quizás eso te haga reconsiderarlo.
En nuestro país, más de la mitad de la población no realiza ninguna actividad deportiva. Aunque esta mentalidad está empezando a cambiar poco a poco, todavía queda un largo camino por recorrer. Es importante destacar que la práctica regular de deporte no solo mejora nuestro estado de ánimo, sino que también incrementa nuestra esperanza de vida y ayuda a prevenir numerosas enfermedades, o al menos a reducir su impacto.
En el tratamiento de diversas dolencias, la actividad física tiene un papel crucial. Desde WA LAM, te ofrecemos una serie de deportes que puedes practicar según la dolencia o enfermedad que te afecte. La hipertensión, los dolores lumbares y cervicales, el colesterol elevado, la artrosis y las alergias son solo algunas de las afecciones que pueden beneficiarse del ejercicio. Solo es necesario saber cuáles son las actividades más adecuadas y cuáles es mejor evitar para mejorar tu salud.
Dime qué dolencia tienes...
- Hipertensión arterial o problemas de circulación: Si padeces hipertensión o dificultades en la circulación sanguínea, la incorporación de ejercicios cardiovasculares en tu rutina será beneficiosa. Actividades como andar en bicicleta, caminar o nadar son excelentes opciones. Se aconseja realizarlas de forma regular, de 3 a 4 veces por semana, durante sesiones de entre 30 y 60 minutos. Es fundamental evitar forzar el organismo e incrementar la intensidad del ejercicio de manera gradual. También es clave realizar ejercicios de calentamiento previos para prevenir lesiones.
- Dolores de espalda: Para quienes sufren de dolores lumbares o cervicales, la natación es el deporte más indicado. Es fundamental evitar actividades que impliquen movimientos bruscos. Nadar y practicar ejercicios acuáticos ayudan a desoxidar la musculatura de la espalda y a aliviar el dolor. La densidad del agua reduce el impacto sobre la columna, haciendo que esta soporte menos carga. Además, el efecto del agua actúa como un masaje natural que proporciona una mayor sensación de bienestar. Al igual que en otros deportes, la intensidad debe incrementarse de manera gradual y siempre se deben calentar los músculos previamente. También puedes complementar con yoga, que a través de movimientos lentos y sincronizados promueve el equilibrio y la concentración, aliviando la tensión y rigidez de los músculos de la espalda
- Colesterol elevado: Para mantener a raya los niveles de colesterol y prevenir problemas cardiovasculares, los ejercicios aeróbicos, de fuerza y de flexibilidad son los más eficaces. Correr, caminar y montar en bicicleta son actividades muy completas. Se recomienda realizar al menos tres horas de ejercicio a la semana (45 minutos durante cuatro días) para aumentar el colesterol bueno en sangre y desarrollar un fondo físico que permita incrementar la intensidad del ejercicio en el futuro. Con 120 minutos de running a la semana (30 minutos durante cuatro días), puedes quemar aproximadamente 900 calorías, lo que, complementado con una dieta equilibrada, contribuirá a reducir los niveles de colesterol.
- Artrosis: Las personas con artrosis deben optar por ejercicios que respeten la integridad de sus articulaciones. El ciclismo y la natación son altamente recomendables, a menos que existan desgastes o lesiones previas que pudieran verse afectadas. Si la rodilla presenta un desgaste significativo, será preferible elegir actividades distintas al ciclismo.
La marcha nórdica también puede ser una buena opción. Además, la bicicleta elíptica en el gimnasio permite trabajar brazos y piernas al mismo tiempo, aliviando el peso del cuerpo sobre las articulaciones.
- Alergias: Aquellos que padecen alergias no deben ver su actividad física limitada, solo necesitan adaptarse a las condiciones ambientales. Los deportes al aire libre pueden afectar más a quienes tienen problemas respiratorios, por lo que es recomendable ejercitarse en gimnasios con aire acondicionado que filtren las partículas,o en casa.
Actividades como levantamiento de pesas, gimnasia de mantenimiento o correr en cinta son excelentes alternativas. Sin embargo, se debe tener cuidado con la natación, incluso en piscinas cubiertas, ya que el cloro puede agravarirritaciones respiratorias, especialmente en primavera.
Al practicar cualquiera de estas actividades, es crucial prestar atención a la respiración y a las pulsaciones. Si experimentas dificultades respiratorias o un aumento desmedido del ritmo cardíaco, es vital detenerte y tomar las precauciones necesaria.
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