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Inflamación sistémica: el vínculo oculto entre la barrera intestinal y las enfermedades crónicas

Actualizado: 9 sept

Introducción 

La inflamación es una herramienta vital de defensa: nos protege contra infecciones y ayuda a reparar heridas. Pero cuando se mantiene activa sin una causa evidente, se convierte en un fuego silencioso que daña poco a poco al organismo. A este fenómeno lo llamamos inflamación sistémica crónica

Un estudio publicado en Internal and Emergency Medicine (Di Vincenzo et al., 2024), titulado “Gut microbiota, intestinal permeability, and systemic inflammation: a narrative review”, revela cómo una barrera intestinal debilitada y la disbiosis de la microbiota son desencadenantes ocultos de esta condición. 

 

¿Qué es la inflamación sistémica? 

La inflamación sistémica ocurre cuando el sistema inmunitario se mantiene en estado de alerta de manera permanente. Aunque los síntomas pueden ser sutiles (cansancio, dolores articulares, problemas digestivos), a nivel interno provoca: 

  • Activación continua de células inmunes. 

  • Producción de citoquinas proinflamatorias. 

  • Daño progresivo en tejidos y órganos. 

Con el tiempo, esto contribuye al desarrollo de enfermedades crónicas

 

El intestino como origen oculto de la inflamación 

La barrera intestinal es una muralla formada por células y proteínas que regula lo que entra y lo que no al torrente sanguíneo. 

Cuando esta muralla se debilita —lo que se conoce como intestino permeable—, moléculas bacterianas como los lipopolisacáridos (LPS) pueden filtrarse. Estas sustancias actúan como “alarma” para el sistema inmune, generando una respuesta inflamatoria que se mantiene activa aunque no exista una infección real. 

 

Enfermedades asociadas a la inflamación sistémica 

La revisión científica explica que la inflamación sistémica está vinculada con: 

  • Diabetes tipo 1 y tipo 2

  • Obesidad y síndrome metabólico

  • Hígado graso no alcohólico (NAFLD)

  • Enfermedades cardiovasculares

  • Neurodegenerativas (Alzheimer, Parkinson). 

  • Autoinmunes como la artritis reumatoide o la enfermedad inflamatoria intestinal. 

 

¿Cómo reducir la inflamación sistémica? 

La buena noticia es que se puede actuar sobre el intestino para proteger al organismo: 

1. Mejorar la alimentación 

  • Seguir la dieta mediterránea rica en frutas, verduras, pescado y aceite de oliva. 

  • Aumentar la fibra para alimentar a la microbiota beneficiosa. 

  • Reducir ultraprocesados, azúcares y grasas saturadas. 

2. Reforzar la microbiota 

  • Consumir probióticos y prebióticos

  • Incorporar fermentados naturales (yogur, kéfir, chucrut, kombucha). 

3. Estilo de vida 

  • Dormir entre 7 y 8 horas. 

  • Reducir el estrés crónico (meditación, yoga, caminatas). 

  • Mantener actividad física regular. 

 

Conclusión 

La inflamación sistémica es una llama silenciosa que daña lentamente al cuerpo. Su origen muchas veces no está en los órganos afectados, sino en el intestino y su microbiota. 

El estudio de Di Vincenzo et al. (2024) muestra que cuidar la barrera intestinal y mantener una microbiota equilibrada son estrategias clave para prevenir enfermedades crónicas. 

 

📖 Referencia científica 

Di Vincenzo, F., Del Gaudio, A., Petito, V., Lopetuso, L. R., & Scaldaferri, F. (2024). Gut microbiota, intestinal permeability, and systemic inflammation: a narrative review. Internal and Emergency Medicine, 19, 275–293. DOI: 10.1007/s11739-023-03374-w 

 


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